La gestión y monitorización del rendimiento de las infraestructuras digitales son una de las claves para el futuro de la modernización de la tecnología y procesos de las organizaciones, optimizando la resiliencia y el desempeño de las cargas de trabajo.

La gestión del rendimiento de red definida por software ayuda a analizar y supervisar de manera robusta y escalable, permitiendo a las empresas desarrollar las capacidades de recopilación, visualización e integración que se requieren para transformar los datos de rendimiento de la red sin procesar en conocimientos prácticos.

En este contexto, la monitorización de infraestructuras ha ido evolucionando no sólo como respuesta al cambio en las expectativas de los usuarios, sino a las necesidades de agilidad y escalabilidad de los negocios. Esto sin duda ha generado valor para las organizaciones, sin embargo, la complejidad para identificar y entender las diferentes situaciones que se pueden presentar en estas arquitecturas hacen que la monitorización tradicional ya no sea suficiente.